Las carretillas ahora se hacen con estos mangos de goma falsa enchufados de aquella manera en unos pobres tubos de hierro fino, que al bajar la cuesta se te desenchufen.
¡Me caso en Soria! Te quedas como tochu con dos gomas vacias en los manos mientras la carretilla, despues de haberte dado en la punta de tus chirucas, sigue cuesta abaju. No tengo, hace rato ya, (respira, tu respira hondo) ninguna pretención de dar lecciones a los lesionados crónicos en materia de ética. También antes de que me dé un jamacucu retórico, prefiero abrir un tronco en dos y luego en quatro; pasar mi tiempo a repartir los volúmenes de las piezas asì obtenidos, tomar un baño de virutas, ver los siglos pasados desde el interior del hermano àrbol, preparar los ensambles con el berbiquí, el formón, otro baño de virutas con el bastrén y cuidar de cada paso, con toda mi pasión y ternura al oficio. No iba perfectamente un tubo de hierro como eje, quedaba algo pequeño. Al vecino le quedaba uno de escoba vieja. Enchufado con mi tubo de hierro da para un eje perfecto. Falta una arandela y dos pasadores partidos de cada lado. Acabaré con el hierro en L delante para poder ir cargando. También daré algo mas de atención a los acabados y la forma de los mangos. Estos no van a soltar!




